El Mantrailing es un deporte y/o actividad en el que, mediante el olfato del perro, se rastrea a una persona perdida o escondida.
Los perros han sido utilizados desde tiempos inmemoriales en las actividades de caza, por lo que el ser humano incentivó para cada actividad una raza distinta de perro según sus necesidades. Los rastreadores fueron aquellos utilizados, no solo en las actividades venatorias, sino que, a partir del S. XIX, los cuerpos de Policía empezaron a incluir este tipo de perros para el rescate de personas.
El mantrailing es un deporte en el que una persona permanecerá escondida con el fin de que el perro entrenado pueda encontrarla. Habitualmente con la ayuda de una prenda de la persona “desaparecida” el perro sale a buscar a ésta siguiendo el rastro que dejan sus partículas de olor.
En este tipo de actividades se crea un vínculo muy fuerte entre perro y educador a la hora de buscar a las personas. Independientemente de si el animal al que se entrena va a tener como fin dedicarse profesionalmente a la búsqueda de personas, hay que tener en cuenta que la práctica de esta actividad es muy beneficiosa para perros hiperactivos, con reactividad y para mejorar el estado emocional del animal.
Un poco de anatomía: el poder olfativo del perro
La nariz no ocupa solo la mayor parte de la cara sino también del cerebro del perro, que obtiene muchísima información a través de los olores, por lo que una parte de su córtex está dedicada específicamente al análisis de estos.
Como curiosidad, los perros pueden mover los orificios nasales de forma independiente, lo que les permite determinar la dirección de donde proviene un olor.
Cuando un perro orienta su nariz en la dirección de un olor, interrumpe el proceso normal de respiración para que el material olisqueado pase sobre una estructura ósea llamada órgano vomeronasal. Éste es utilizado como archivador de forma temporal para que al exhalar siga almacenando la cantidad necesaria de moléculas odorantes y así reconocer un olor de forma repetitiva.
En la práctica del mantrailing el perro es capaz de detectar a través de su olfato el ácido butírico, un componente del sudor. Es tal su capacidad olfativa que mientras un humano apenas notaría olor en un gramo de ácido butírico evaporado en un edificio de diez plantas, un perro podría detectar el olor si evaporáramos la misma cantidad ¡En un área de 217 km2 y hasta una altura de 90 metros! Sorprendente ¿verdad?.
Entrenamiento en mantrailing
En el entrenamiento el guía canino muestra un olor humano al perro mediante el juego y lo alienta.
De lo que se trata es de enseñar al perro a buscar dicho olor ante la orden del guía y, en consecuencia, dar con un individuo escondido al que pertenece ese olor.
Cuando el perro llega al figurante, es imprescindible que lo marque (bien tumbándose, tocándolo, etc…) para realizar una impronta mientras el guía canino premia y alienta al perro con un premio (inicialmente comida y después también caricias o felicitaciones).
En las primeras sesiones de práctica del mantrailing el olor que se presenta al perro ha de ser mucho más fuerte que cualquier otro olor “contaminante” del lugar donde se practica.
Una vez el perro está predispuesto a buscar y encontrar a la persona que se ha escondido, es el momento de ir aumentando la dificultad de los rastreos introduciendo ángulos, aumentando distancias, lugares, incorporando otros olores contaminantes, con la presencia de otros animales o individuos, etc.
Es importante tener en cuenta que si en algún momento no hay avance o progreso en las actividades, nunca se ha de pensar que se ha fracasado. Simplemente hay que dar un pasito hacia atrás y volver a marcar las pautas de forma más lenta.
Recordar también que para que el perro avance en las sesiones de mantrailing ha de ser una actividad lúdica para el animal.
¿Qué razas pueden practicar mantrailing? ¿Están unas más predispuestas que otras?
A pesar de que todos los perros tienen unas fuertes habilidades olfativas, hay razas que están más predispuestas que otras a la práctica del mantrailing. Todos aquellos perros que son rastreadores como el Beagle, el Basset Hound o el Bloodhound son más sensibles a ello.
Anatómicamente aquellos perros cuyas narices son más largas y más anchas tienen una mayor disponibilidad olfativa debido a su superficie con respecto a los que tienen hocicos y narices chatas (braquicéfalos).
En cuanto al dimorfismo sexual, los machos están aparentemente más predispuestos a tener estas habilidades olfativas, según los científicos, por el hecho de estar más concentrados en olores como el de las hembras que pueden estar en celo y ser sexualmente receptivas.
Hay muchas escuelas caninas que están incorporando en sus programas actividades de mantrailing, puesto que es un deporte en auge.
Os animamos a que juguéis con vuestros perros incentivando su olfato, pues tendemos a pensar que el paseo debe ser su única actividad diaria y no deparamos en que los juegos olfativos son muy enriquecedores para nuestro perro, que los disfruta como un verdadero reto y su práctica le activa mentalmente mucho más que un paseo largo.
Perros con Historia
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