La comunicación con nuestros perros es la base para una correcta relación. Saber qué quieren de nosotros y poder transmitirles a ellos lo que nosotros queremos es básico para fomentar una convivencia amable y respetuosa.
Estamos seguros que en más de una ocasión has intentado sin éxito hacerle entender a tu perro que el mejor lugar de descanso para él no es tu sofá o que tus calcetines no son el juguete más adecuado.
La etapa cachorra de los perros se caracteriza por una exploración del entorno en todos los sentidos y tener un código de comunicación adecuado y funcional basado en el vínculo es una clave para conseguir un desarrollo seguro.
La importancia del vínculo para la comunicación con nuestro cachorro
Como hemos visto en otros post del blog, el perro es un animal social con una capacidad de relación no solo entre individuos de su misma especie, sino también con la especie humana. Esto es clave para entender que el primer paso en una correcta comunicación es establecer un buen vínculo que permita al perro incluirnos dentro de su círculo de relaciones sociales.
Por ello, lo primero que debemos hacer para poder establecer un buen código comunicativo es generar una relación bidireccional, positiva y amable que haga que el perro no solo quiera estar con nosotros, sino que también se sienta seguro en nuestra compañía. Para ello podemos hacer varias cosas:
1.- Hablar en un tono amable ofreciendo un lenguaje postural que fomente el contacto físico.
Aprovecha cada ocasión que tengas para hacerlo evitando enfadarte en las primeras fases de la relación.
2.- Realizar sesiones de “ligoteo” con nuestro cachorro en las que intentaremos que quiera jugar con nosotros.
En estas sesiones no podremos utilizar ni chuches ni juguetes, solamente utilizaremos nuestro cuerpo y nuestra voz sirviéndonos de expresiones como: “muy bien”, “buen chico”, “bravo”, etc… acariciando y tocando su cuerpo con amabilidad.
3.- Fomentar paseos agradables y controlados en los que el perro pueda olfatear, correr, saltar, revolcarse, etc… evitando tirones de correa o castigos.
Estos paseos deben servir para mejorar la confianza del perro hacia nosotros fomentando la seguridad en la exploración y la diversión.
Una vez que tenemos la certeza que el perro quiere estar con nosotros y disfruta de nuestra compañía, estamos preparados para iniciar el entrenamiento del código de comunicación.
Idioma perruno vs idioma humano
Imagina que vas de Erasmus a un país en el que se habla otro idioma totalmente desconocido por ti. Entras a clase y en ese momento el profesor, sin mediar saludo alguno, empieza a hablarte sin parar, pero por sus gestos entiendes que te está pidiendo que hagas algo, aunque tú no sabes qué hacer.
Seguramente, además de generarte mucha ansiedad, empezarás a realizar un montón de acciones hasta dar con la clave, intentando buscar el reconocimiento del profesor. Se trata de un ejercicio de ensayo y error para conseguir descifrar qué quería decirte.
Lo que hemos visto anteriormente, llevado al mundo de la relación con nuestros perros, es lo que hacemos nosotros con mucha frecuencia hacia ellos. Y es que los cachorros “hablan perruno”, que no tiene mucho que ver con nuestro lenguaje humano.
Como a nosotros se nos da bastante mal comunicarnos en el lenguaje canino, necesitamos que el perro empiece a atender a nuestras señales orales y para ello, debemos seguir unos sencillos consejos:
1.- Elige un código de comunicación compuesto por una serie de palabras que tengan un significado concreto.
En nuestro modelo de entrenamiento, usamos el “muy bien” para designar que lo que ha hecho el perro es correcto, el “no” para indicar que el perro debe dejar de hacer lo que esté realizando, el “eh” para llamar la atención o el “mal” para demostrar nuestro enfado hacia el perro (algo que debería usarse solo de manera puntual).
2.- No repitas constantemente una orden que no esté cumpliendo.
Si das una indicación y el perro no lo está haciendo, es probable que no sepa aún lo que significa.
Si te ocurre eso: entrena la acción, asóciale la palabra cuando lo haga adecuadamente y después pídele la conducta siempre con esa misma palabra.
Por ejemplo, si el perro coge algo del suelo y le dices “suelta” probablemente el perro no va a responder ante esa demanda. Deberíamos entrenar aparte la acción de soltar y, posteriormente, solicitársela.
3.- Evita enfadarte mientras el perro está aprendiendo.
Si te enfadas porque el perro se sube al sofá constantemente, pero no has enseñado a que el perro se quede en su lugar de descanso, probablemente vas a terminar enfadándote porque el perro reitera una acción que tú no quieres que haga, pero que él tampoco entiende que no debe hacer.
En ocasiones esto se convierte en un círculo que se retroalimenta y del cual es difícil salir. Así pues, entrena de nuevo la acción y tu código de comunicación antes de corregir y evita enfados innecesarios.
4.- Sé coherente y constante.
Mientras el perro está aprendiendo el código de comunicación necesitamos no entrar en contradicciones. Es decir, si estoy enseñando que “abajo” significa “queda con tus cuatro patas en el suelo mientras me saludas”, no puedo ser permisivo un día porque llego contento del trabajo, pero al siguiente no serlo, porque no estoy de humor para ello y, además, termine enfadándome con mi perro. De nuevo, somos nosotros quienes no estamos siendo claros con los perros.
Cuando llegue del trabajo, todos los días, le repetiré la orden “abajo”, teniendo en cuenta que “Abajo” debe ser siempre “queda con tus cuatro patas en el suelo mientras me saludas” y solo si mi perro se queda con las cuatro patas en el suelo mientras me saluda consideraré que ha respondido a la orden correctamente.
5.- Premia los aciertos.
En educación canina es muy importante premiar con una recompensa social (caricias, voz, gestos…) o con premios (recompensa individual) las acciones que el perro realiza correctamente. Así pues, es interesante aumentar nuestro número de “muy bien” que decimos al cabo del día, frente al más que usado “no”.
Una proporción apropiada debería ser un 80% de “muy bien” frente a un 20% de “no”. Si estamos en la proporción inversa, nos toca entrenar de nuevo.
Como has podido comprobar, la mejor opción para empezar a comunicarnos adecuadamente con nuestro perro es: vinculación y entrenar de manera positiva aquellas palabras que vayan a formar parte de nuestro código de comunicación. Si lo hacemos, conseguiremos una mejor relación con tu cachorro.
Perruneando
Adiestramiento, educación e intervenciones asistidas con animales
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