Si hay un comportamiento importantísimo en la vida de un perro ese es el comportamiento de juego: le divierte y estimula a nivel físico, mental y emocional.
Curiosamente, es un comportamiento que nosotros los humanos vamos perdiendo a medida que pasan los años y que, sin embargo, en la vida de un perro sigue activo hasta prácticamente el último de sus días.
La conducta del juego
Una de las primeras conductas de los cachorros cuando empiezan a ser independientes es el juego, y es que el juego no solo les sirve a los cachorros para divertirse, sino que con él aprenden numerosas habilidades que les serán muy útiles en su etapa adulta: a cómo comportarse, a pelear, refuerzan instintos como el de presa o caza, a tener más reflejos, etc.
Con el juego, además, el perro no solo es estimulado mentalmente sino física y emocionalmente. Estamos de acuerdo que el juego les divierte, les alegra, pero también les genera autoestima, confianza, aprenden cómo deben actuar en otras ocasiones ante un juego en concreto y agotan mucha energía que va de lujo para liberar ansiedad. A esto hay que sumarle que al ejercitarse físicamente mientras juegan, refuerzan sus articulaciones, su corazón, su sistema respiratorio, su circulación, etc.
Gracias al juego también educamos a nuestros perros. Con el juego controlamos los límites del perro: a inhibir la mordida, a parar el juego, a controlar la conducta de posesión, a introducir trucos de obediencia como sienta, para, quieto, etc.
Y, es con el juego también, cuando reforzamos nuestro vínculo con el perro. El vínculo entre propietario y perro se estrecha muchísimo.
Cuándo y cómo jugar
Jugar con tu perro es una actividad que debería llevarse a cabo de forma diaria. Sabemos que con el estrés diario muchas veces es complicado encontrar ese momento, pero créeme cuando te digo que es de vital importancia para tu perro.
No te digo que impongas un horario diario. Busca pequeños momentos del día para jugar y varía con los tipos de juegos: lo más cómodo es sentarse en el sofá tras un día de trabajo y desde el sofá mismo ir tirándole la pelota. Un día, se puede hacer, pero si rutinariamente el juego es ese, poca estimulación recibirá tu perro a nivel mental.
Puedes tirarle la pelota de vez en cuando, pero también puedes jugar con él sobre una alfombra a ser un poco perro y perseguiros, revolcaros, ¡no hay juego más divertido!
Un juego de estimulación mental que encanta a cualquier perro es el de esconder algo, ya sea un muñeco, su pelota o una golosina. El juego de esconder y buscar es de los más divertidos y además haces trabajar a su olfato.
Aprovecha los fines de semana, que dispones de más tiempo, para realizar juegos al aire libre: utiliza obstáculos, juega con el frisbee, corred, haced excursiones, etc.
Un tiempo muy valioso con tu perro que estoy segura te agradecerá con creces.
El Blog de Uma
Uma, perrita experta ladrona de calcetines, nos cuenta lo que aprende cada día.
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