La toxoplasmosis es una enfermedad temida por mujeres en gestación. Una de las vías de contagio son las heces de gato, pero puede evitarse con unas simples precauciones.

 

Seguro que has oído más de una vez que las embarazadas no pueden convivir con gatos.

Esta creencia errónea proviene de la posibilidad de contagio de la toxoplasmosis a través de las cacas de los gatos, pero tomando unas pequeñas precauciones podemos disfrutar de nuestro embarazo junto a nuestro gato sin ningún problema.

 

 

¿Qué es y cómo se contagia la toxoplasmosis?

La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma Gondii que puede provocar problemas serios en embarazadas y personas con el sistema inmune débil.

Algunos de sus síntomas son dolor de cabeza, confusión, convulsiones o problemas pulmonares.

En bebés que se contagian cuando están aún en el útero de su madre puede llevar a abortos o al nacimiento con problemas como agrandamiento del hígado o el bazo, ictericia o infecciones oculares graves.

Sin embargo, en personas con un sistema inmune normal la toxoplasmosis no suele generar síntomas y es habitual que se pase la infección sin ser consciente de ello.

 

 

El contagio se puede producir a través de las siguientes vías:

1.- Carne o pescado crudo o semicrudo.

2.- Verduras mal lavadas.

3.- Agua contaminada.

4.- Tierra (si tenemos huerta o jardín).

5.- Leche cruda de cabra.

6.- Heces de gato.

 

 

Para que nos contagiemos a través de las heces de nuestro gato debe, además, ocurrir lo siguiente:

1.- Que nuestro gato se contagie comiéndose algún animal, carne cruda o agua contaminados con el parásito (si nuestro gato no abandona la casa y solo come pienso y agua potable no puede contagiarse).

2.- Lo incube durante 20 días y lo expulse durante las 3 semanas siguientes en las cacas. Estas cacas solo tendrán ooquistes contagiosos a partir de las 24 horas (si las retiramos más de una vez al día no son contagiosas).

3.- Para contagiarnos debemos tocar las cacas que lleven más de 24 horas en el arenero y llevarnos la mano a la boca.

 

 

Como veis, no es fácil que nuestro gato nos contagie. Incluso si tiene acceso al exterior o se alimenta con dieta cruda basta con limpiar el arenero más de una vez al día con guantes o que sea otra persona de casa la que lo haga.

Es mucho más importante que extrememos las precauciones con nuestra alimentación, evitando las carnes y pescados poco hechos, embutidos y lavando muy bien las verduras y frutas.

Si convives con animales estoy segura que vas a escuchar bastantes comentarios alarmantes en la calle, pero mi consejo es que los ignores, te informes correctamente ¡Y disfrutes de la barriguita con tu compañero felino!

 

¿Conocías las causas de contagio de la toxoplasmosis? ¿Has convivido o convives con tu gato a pesar de estar embarazada? ¡Cuéntanos tu experiencia!

 

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