A lo largo de su vida, un perro tiene necesidades diferentes. En este post explicamos qué tener en cuenta para la buena salud de un perro senior.
Cada día, somos más las personas que convivimos con nuestro fiel amigo en casa. Sin ir más lejos, las estadísticas ya apuntan a un crecimiento de las familias con perro en detrimento de las familias con hijos menores de 15 años en España.
Antes de convivir con un perro, solemos informarnos sobre qué tipo de perro (tamaño, personalidad, actividad…) se adapta mejor a nuestro estilo de vida, cómo educarlo desde cachorro, qué cuidados necesita, etc. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, podemos pasar por alto un aspecto relevante de la vida del animal: cómo mantenerlo sano y en forma en su edad anciana.
Las necesidades de un perro son diferentes a lo largo de su vida y los cuidados que les prestamos deben cubrir estas necesidades para alcanzar una salud y vitalidad óptimas, contribuyendo a su calidad de vida y una relación perro-humano enriquecedora y gratificante.
Estos son algunos de los elementos a tener en cuenta:
-Adecuar el ejercicio físico según el estado de salud. Es importante mantener el hábito del ejercicio y la interacción social, siempre teniendo en cuenta las limitaciones del peludo.
-Controlar y mejorar su alimentación. Con el envejecimiento aparecen carencias nutricionales que deben ser proporcionadas a través de la dieta. Además, en caso de que el perro sufra alguna patología también puede ser adaptada la alimentación a ello. En estos casos, los veterinarios especializados en nutrición son quienes mejor pueden asesorar.
–Controles veterinarios recurrentes. Generalmente, siempre es de carácter importante llevar un control de la salud de los peludos de la mano del veterinario de confianza, aunque, especialmente en las mascotas senior, el seguimiento ha de ser más exhaustivo para controlar posibles elementos negativos que puedan influir en la salud de los mismos.
-Buen descanso. Establecer una zona de descanso apropiada y adaptada a sus necesidades, así como la cama.
En definitiva, es conveniente ir adaptando todos los ámbitos de los peludos según van creciendo y sus necesidades cambiando para proporcionarles la mejor salud posible y favorecer su bienestar.
¿A qué edad es anciano un perro?
No es fácil definir cuándo un perro puede considerarse viejo, debido a la gran variedad de razas con diferentes características que existen en la actualidad. Además, su estado físico y mental van a darnos información importante sobre el deterioro fisiológico del animal, más que su edad cronológica.
Se estima que la vida máxima de un perro puede alcanzar los 27 años y el promedio de esperanza de vida los 13.
Sí existen diferencias importantes si consideramos el tamaño del perro: los perros grandes y gigantes tienden a vivir menos que los perros pequeños y toy.
¿Qué consideramos un perro anciano sano?
Es importante aclarar qué consideramos por un perro sano y para ello debemos hacer una distinción entre salud física y mental.
Desde el punto de vista físico, hablamos de un perro anciano sano cuando no tiene enfermedades o lesiones físicas de importancia que le impidan desarrollar su día a día con facilidad.
En el plano mental, un perro sano es aquel que sabe gestionar los momentos y las emociones que siente en cada uno de ellos. Hablamos de un perro que sabe lidiar con la excitación, la ansiedad, el aburrimiento, la frustración, la agresividad, etc. Coloquialmente, podríamos decir que se trata de un perro con “saber estar”.
¿Cómo mantener físicamente sano a un perro mayor?
Durante la etapa adulta, cuando el perro ha alcanzado su madurez, se encuentra en lo que se denomina un “estado de mantenimiento”. En esta etapa un perro debe disfrutar de una dieta equilibrada y nutricionalmente completa y de ejercicio físico adecuado a sus necesidades de actividad y a su carácter.
Sin embargo, cuando el perro alcanza una edad avanzada, se observan unos cambios fisiológicos que van a condicionar sus necesidades y cuidados.
Ante el deterioro general y natural del organismo, es importante actuar con cuidados preventivos, que van a influir directamente tanto en la longevidad del animal como en su calidad de vida en la etapa senior.
Un perro mayor debe estar adecuadamente alimentado y para ello es imprescindible elegir aquel pienso que mejor se adapte a sus necesidades tanto por su edad como por su estado físico (enfermedades o deficiencias). En este punto es nuestro veterinario de confianza quien mejor puede orientarnos.
A rasgos generales, un perro anciano necesita menos energía, ajustes en la ingesta de fibra y en la selección de fuentes y niveles de proteínas, la adición de ingredientes con poder antioxidante y otros que mantengan una buena salud oral, suplementos para mejorar piel y pelo y para amortiguar su degeneración esquelética y muscular.
En lo que a actividad física se refiere, podemos ayudar a nuestro perro senior incorporando una serie de ajustes a su día a día.
Para comenzar, debemos reducir la duración y la distancia de los paseos y aumentaremos, de la misma manera, el número de paseos que reciba al día. Así, saldrá más veces para retener menos tiempo sus necesidades y su cuerpo acusará el esfuerzo físico en menor medida.
Trataremos, además, de jugar con él de una manera menos explosiva. Juegos con mucha carga física deben quedar relegados o deben ser modificados y adaptados a las posibilidades de nuestro compañero.
Por último, visitas periódicas al veterinario pueden ayudarnos a prevenir futuros problemas.
¿Cómo mantener mentalmente sano a un perro mayor?
A nivel conductual también se dan una serie de cambios relacionados con la edad avanzada del perro, la mayor parte asociados a enfermedades degenerativas y otros cambios geriátricos.
Un perro senior puede mostrarse más apático, menos activo, con peor tolerancia al ejercicio, sufrir alteraciones en el apetito o tener menos resistencia a las situaciones estresantes, por ejemplo. Todo ello va a influir no solo en su estado físico, sino también mental.
En cuanto a su estado mental, debemos entender que, con la edad, los procesos mentales dejan de desarrollarse con la misma velocidad, se ven ralentizados.
Conscientes de ello, en esta etapa podremos enseñar a nuestro perro cierta clase de ejercicios de la vida cotidiana (no tirar de la correa, venir a la llamada) para ayudar a que su cabeza siga estructurada; y algunos trucos (dar la pata, sentarse, tumbarse, hacerse el muerto) para poder jugar con él de una manera más calmada, pero también divertida. Además, el hecho de pedirle una orden o un truco, no solo será de su agrado, sino que mantendrá su mente en forma.
Concluyendo, debemos reeducarnos con nuevos hábitos para relacionarnos con nuestro perro senior, buscando así que su estructura corporal siga aguantando de una manera sana y que su mente siga despierta.
Seamos conscientes, también, que por muchos cuidados que facilitemos a nuestro perro anciano, es natural que sus capacidades se vayan atrofiando con los años. Nuestro cometido es, por tanto, brindarle una buena calidad de vida el máximo tiempo posible.
¿Tienes un perro mayor en casa? ¡Cuéntanos cómo se relaciona con el resto de la familia!
Ngorong Ngorong
Escuela de adiestramiento y educación canina
Sin comentarios