Al elegir un cachorro debemos valorar que sus características se ajusten a nuestro estilo de vida. Medir su temperamento con técnicas como el Test de Campbell nos ayudará.

 

 

Cuando una persona decide adoptar un cachorro, puede parecer que la decisión es muy sencilla, sin embargo, hay que tener en cuenta varios aspectos para no equivocarnos en la elección.

Por desgracia, la mayoría de adoptantes elige el cachorro por capricho y según “lo bonito que es”. Así, no es de extrañar que una de las mayores causas de abandono se deba a problemas de comportamiento.

Para empezar, debemos tener en cuenta que no todos los perros se adaptan a nuestro estilo de vida.

Hay perros con una energía muy alta que requieren de adoptantes activos, que tengan mucho tiempo para aportarle la actividad física diaria suficiente. Es el ejemplo de perros como el Dálmata o el Jack Russel Terrier.

Otros perros como el  Carlino el Frenchie, con energía muy baja, requieren de adoptantes muy relajados, que no abusen de actividad física que pueda repercutir en la salud del animal.

 

 

Dicho esto, también hay que valorar el elegir cierta raza de perro o sus cruces, pues cada raza tiene su temperamento. En este sentido, hay que saber en qué grupo se encuentra la raza de perro que tenemos en mente adoptar, pues dependiendo de su naturaleza será más ladrador, más protector, más guardián, más proclive a hacer hoyos en el jardín, etc.

Si ya hemos realizado un filtro de la energía y de la raza o sus cruces según el temperamento, lo ideal sería contactar con protectoras para investigar si hay cachorros de la raza que deseamos o sus cruces y evitar comprar al animal. Con la adopción aseguramos un hogar a un nuevo perro, mientras que comprando, incentivamos la cría de perros.

Entre un perro de raza y un perro cruzado, debes saber que con el perro cruzado o mestizo tienes mayores garantías de salud debido a que no tendrá problemas congénitos propios de la raza.

Dicho esto, es el momento de conocer la camada de cachorros.

 

¿Qué tener en cuenta para saber qué cachorro puede ser perfecto para nosotros?

Cuando decidimos adoptar a Uma porque cumplía con todo lo que teníamos en mente (raza mestiza, de tamaño pequeño y hembra) nos fue fácil elegirla porque ella lo hizo antes.

Visitamos la camada de cachorros cuando tenían tan solo un mes de vida: 4 cachorritas preciosas que estaban mamando plácidamente de su madre, y en cuanto nos acercamos, solo fue Uma la que soltó la teta y vino torpemente a nuestro encuentro a mordernos los dedos. No nos lo pensamos y la elegimos a ella. Solo tuvimos que esperar un mes para adoptarla definitivamente y ahora que han pasado más de 3 años no podemos estar más contentos.

Pero, para no equivocarte en la elección del cachorro, si te quedas un rato con ellos, sabrás en seguida que cada uno tiene una personalidad distinta: los hay más extrovertidos, los hay tímidos, los hay observadores… Según los rasgos que adviertas en cada uno de ellos podrás intuir qué tipo de perro será cuando llegue a la adultez.

Ahora bien, si quieres saber con seguridad la personalidad del cachorro cuando sea adulto, no está de más realizar el Test de Campbell.

 

 

¿Qué es el Test de Campbell?

El Test de Campbell es un sencillo test que creó un psicólogo experto en comportamiento canino que solo se puede pasar al cachorro cuando tiene alrededor de las 7 semanas de vida.

El Test de Campbell consiste en una serie de pruebas muy sencillas a las que se somete al cachorro. Una vez sumadas sus respuestas (opciones a, b, c, d, e) se valoran varios aspectos de su personalidad: el apego, el grado de atención que tiene el cachorro con el ser humano, la predisposición a seguirnos, si es sumiso o dominante, etc.

 

¿Cómo pasar el Test de Campbell?

El test debe realizarse bajo las siguientes condiciones:

1.- El cachorro debe contar, exactamente, con la edad de siete semanas, ni más, ni menos.

2.- Solo una persona puede examinar al cachorro. Es igual que lo conozca o no, pero es importante que durante el examen solo esté el cachorro y su examinador.

3.- Se le examinará de forma individual y totalmente aislada, sin distracciones.

4.- Los tests se harán sin ninguna preparación previa del cachorro, de forma totalmente neutral y sin felicitarle en ningún momento, para evitar motivarle.

 

 

Test de Campbell

A continuación tienes el test completo para evaluar a tu cachorro:

 

“Atracción social”: Coloca al cachorro en el centro de la estancia y en silencio aléjate unos pasos en sentido opuesto a él. Arrodíllate y aplaude suavemente para llamar su atención.

¿Cómo reacciona el cachorro?

a) Acude enseguida, con el rabo levantado, dando saltos y mordisqueándote las manos.

b) Acude sin dificultad, con el rabo alto, apoyando con sus patas tus manos.

c) Acude, sin dificultad, pero con el rabo bajo.

d) Acude titubeando.

e) No acude.

 

“Aptitud para seguir al amo”(grado de independencia): Situarse al lado del cachorro, comenzar a caminar asegurándose de que se dé cuenta.

¿Cómo reacciona el cachorro?

a) Sigue al ejecutor sin dificultad, rabo en alto tratando de mordisquear los pies.

b) Lo sigue sin dificultad, rabo arriba, sin el mordisqueo.

c) Lo sigue fácilmente, con el rabo abajo.

d) Lo sigue titubeando, con el rabo abajo.

e) No lo sigue o se aleja hacia otro lado.

 

“Obligación” (respuesta a la contención): Coloca a tu cachorro sobre el suelo, boca arriba y mantenlo así unos treinta segundos, apoyando la mano sobre su pecho.

¿Cómo reacciona el cachorro?

a) Lucha vigorosamente, se debate y muerde.

b) Lucha vigorosamente.

c) Se debate pero después se tranquiliza.

d) No se debate, lame las manos del ejecutor.

 

“Dominación social” (aceptación a la dominación del hombre): Arrodíllate al lado del cachorro, palmea suavemente en la parte superior del cráneo, bajando a lo largo de la columna vertebral sobre el dorso y acarícialo a contrapelo sobre la misma región durante treinta segundos.

¿Cómo reacciona el cachorro?

a) Salta, muerde y gruñe.

b) Salta y patea.

c) Se retuerce siguiendo y lamiendo las manos del ejecutor.

d) Se da la vuelta boca arriba y lame las manos.

e) Se queda quieto, pero lame las manos.

 

“Dignidad”: Coloca las manos entrecruzadas bajo el tórax de tu cachorro y levántalo de forma que sus patas no toquen el suelo. Mantenlo en esta posición durante treinta segundos.

¿Cómo reacciona el cachorro?

a) Lucha enérgicamente, gruñe y muerde.

b) Lucha pero sin morder.

c) Lucha, luego se calma y lame las manos.

d) No se mueve y lame las manos.

 

Ha finalizado el test. ¿Qué resultados has obtenido?

 

Análisis de los resultados del Test de Campbell

Dominante agresivo (dos o más “a”): Habrá que tratarlo con cuidado, no golpearlo, ya que lo haría aún más agresivo. No es aconsejable su trato con niños. Si lo llevas de una forma suave, pero firme, se convertirá en un perro adulto capaz de reacciones defensivas en caso de peligro.

Dominante (tres o más “b”): Si se le consienten los caprichos, se volverá un perro adulto insoportable. Debe ser educado con suavidad, pero de manera firme. No es aconsejable su convivencia con los niños.

Equilibrado (cuatro o más “c”): De fácil integración en cualquier hogar. Ni demasiado agresivo, ni demasiado sumiso. Puede convivir tranquilamente con niños.

Sumiso (dos o más “d” con una o varias “e”):Perro muy sensible a las reprimendas hasta llegar al punto de orinarse encima. Necesita mucho cariño. Conviene darle confianza en sí mismo. Podría morder por temor si se siente acorralado e incapaz de huir. Puede convivir con niños.

Independiente (dos o más “e”): Cachorro difícil de educar. Hace lo que le da la gana. Es factible que ataque y muerda si se le castiga, incluso volverse extremadamente feroz. Evita su contacto con niños.

Resultado mixto: Requiere la repetición del test.

El cachorro equilibrado es el más aconsejable, si lo que se quiere es un perro adulto no demasiado sumiso ni demasiado dominante, ni independiente en extremo ni tímido. Lo más común es encontrar caracteres intermedios.

 

Como ves, hay diferentes herramientas que puedes utilizar para saber qué cachorro es perfecto para ti. Aplicándolas evitarás tener problemas de convivencia con tu perro en un futuro.