Un niño, desde su nacimiento, muestra interés y simpatía hacia los animales de forma natural. Si esta conducta se ve reforzada, una mascota puede ser fuente de salud física y psíquica y el mejor aliado de cualquier padre y madre.  Aquí las 8 razones por las que un niño debe tener un perro en casa.

 

1.- El niño aprende a ser responsable

El cuidado de un perro conlleva asumir una serie de responsabilidades en las que el niño puede colaborar y, poco a poco, hacerse cargo. Ocuparse de peinarlo y lavarlo, darle su comida en la hora establecida o sacarlo a pasear son rutinas que el niño puede desempañar.

 

2.- El niño será más activo

Desde muy pequeño, el niño se convertirá en compañero de juegos del perro. De esta forma se mantendrá activo: jugar, correr o salir al aire libre se convertirán en algunas de sus aficiones preferidas.

 

3.- Un perro ayuda a fomentar sentimientos positivos

Un niño preocupado o triste modifica su actitud ante un perro que demanda cariño, caricias, juego…

 

4.- Un perro es un amigo fiel al que contarle secretos

Esto ayuda a disminuir la tensión y ansiedad en los niños con pequeños problemas y preocupaciones que nunca confesarían a un adulto. El perro puede ejercer de un perfecto y comprensivo “peludo terapeuta”.

 

 

5.- Un perro ayuda a dominar emociones fuertes

El niño enfadado con sus amigos, con sus padres, que ha tenido un mal día, grita, se muestra desobediente… en un perro raras veces va a encontrar una respuesta malhumorada (a no ser que le agreda físicamente, por supuesto). Esto ayudará a disminuir su tensión y cambiar su conducta por otra más afable.

 

6.- El niño aprende a socializarse

En su relación con el perro, el niño da y recibe respeto, cariño, aprende a comunicarse, a valorar las necesidades del otro. Esto puede extrapolarlo a su relación con otros niños. Además, en niños con problemas de socialización, el perro puede convertirse en “conductor” o vía en su relación con los demás.

 

7.- Los niños que crecen con perros mejoran su salud

Numerosos estudios concluyen que los niños que viven con perros son menos propensos a desarrollar alergias y asma o enfermedades cardiovasculares.

 

8.- Un perro puede mejorar el rendimiento en tareas como la lectura

Si bien no todos los perros son capaces de permanecer mucho tiempo tranquilos tumbados junto al niño, algunos de ellos pueden convertirse en el compañero ideal para niños con dificultad lectora: un perro escucha atento y no juzga, por lo que el niño leerá en voz alta ante ellos sin miedo o vergüenza.

Existen programas de terapia con perros orientados a mejorar las habilidades de lectura que están obteniendo resultados muy positivos.

 

Si tienes un perro en casa, seguramente serás capaz de sumar alguna razón más por las que un niño necesita un perro al listado  que te hemos presentado.

Si aún no tienes un perro en la familia, probablemente estas razones te harán valorar acceder a la petición de tu hijo que insistentemente te pide un perrito.

Recuerda, en todo caso, que tener un perro es una responsabilidad y así debe afrontarse.