Cuando nuestro perro muestra síntomas de estar enfermo es muy útil conocer su temperatura corporal. La fiebre nos indica que sufre alguna infección bacteriana o vírica o alguna inflamación.

 

Un perro enfermo que tiene fiebre se muestra apático y cansado, con más sueño de lo habitual, sus ojos pueden estar acuosos, puede experimentar escalofríos, falta de apetito e incluso excesivo jadeo, diarrea y vómitos.

Si sabemos cómo medir su temperatura y cuál debe ser su temperatura normal, podremos valorar su estado y llevarlo a nuestro veterinario de confianza.

Elma, por ejemplo, nunca ha tenido fiebre y su estado de salud en general es muy bueno, pero sí nos hemos preguntado a veces cómo actuar en caso de que creamos que su temperatura corporal no es la normal, por eso pensamos que la información que recopilamos en este post también os puede ser muy útil a todos vosotros.

 

 

¿Qué temperatura corporal es la normal en un perro?

La temperatura normal de un perro está en torno a los 38,5°C (oscila entre los 38,5°C y los 38,9°C).

Si tenemos un cachorro recién nacido, debido a que no regulan bien la temperatura corporal, esta puede estar entre los 34,4°C y los 36,1°C. Cuando el cachorro cumple su primer mes, esta será de unos 37,8°C e irá estabilizándose hasta alcanzar los 38,5° de un perro adulto.

Las perras que se encuentran en periodo de gestación también sufren cambios en su temperatura corporal. Durante el embarazo su temperatura normal será de 37°C (con variaciones en el momento del parto).

 

 

¿Cómo medir la temperatura de un perro? ¿Cómo sé si tiene fiebre?

Tomar la temperatura a un perro es bastante sencillo, siempre que tengas un perro tranquilo.

Solamente se necesita de un termómetro digital igual al que usamos los humanos y un poco de vaselina.

Lo ideal es tener un termómetro que exclusivamente utilices con tu perro, aplicar vaselina en el extremo e introducirlo en el recto del animal. Esperaremos a que el termómetro digital nos indique la temperatura corporal.

 

 

Una vez usado el termómetro es aconsejable limpiarlo con un algodón y un poco de alcohol. Así lo guardaremos completamente desinfectado.

Si nuestro perro es muy activo o simplemente no se presta a que le coloquemos el termómetro, entonces no tendremos más opción que acudir directamente al veterinario u observar y palpar sus axilas o ingles, donde se encuentran los ganglios linfáticos y que sufrirán hinchazón y aumento de temperatura en el caso de que nuestro perro tenga fiebre. Esta tercera opción es la menos fiable y más complicada de valorar si no tenemos experiencia previa.

Se considera que un perro adulto tiene fiebre cuando su temperatura es superior a los 39°C. En caso de ser superior a los 40°C, es importante acudir sin demora al veterinario de guardia.

 

¿Qué hago si mi perro tiene fiebre? ¿Cómo puedo bajar su temperatura corporal?

Medir la fiebre de nuestro perro nos ayuda a conocer su estado y valorar si algo no funciona como debería. Sin embargo, no podemos conocer las causas y menos aún cuál será el tratamiento que debamos ofrecerle.

Por ello siempre que un perro tiene fiebre es imprescindible acudir a nuestro veterinario de confianza y jamás automedicarlo. Para que nos hagamos una idea: el paracetamol o el ibuprofeno, por ejemplo, pueden ser nefastos para su salud.

Si la fiebre es muy alta, acudir directamente al veterinario de guardia.

 

 

Por último señalar que tampoco es aconsejable aplicar a nuestro perro ningún remedio casero, pues podemos estar ocasionándole un perjuicio sin saberlo.

Recuerda siempre que nuestro veterinario es el especialista cualificado para evaluar el estado y síntomas de nuestro perro y para prescribir aquel tratamiento que mejor se ajuste a sus necesidades y siempre en función de su historial clínico.

 

¿Te ha parecido útil nuestro post? ¿Alguna vez has necesitado tomar la temperatura a tu perro?