Desparasitar a un perro tanto externa como internamente es imprescindible para que goce de buena salud.
Desparasitación hace referencia a eliminar los parásitos, aunque en la actualidad también utilizamos el término cuando nos referimos a la acción preventiva para evitar que nuestro perro tenga parásitos.
Un perro desparasitado es un perro saludable: evitaremos no solo que coja estos parásitos, sino también que pueda contagiarnos (algunos pueden afectar al humano) y que pueda desarrollar determinadas enfermedades que estos parásitos transmiten.
Existen dos tipos de desparasitación:
1.- Desparasitación interna.
Trata de eliminar y/o prevenir los parásitos que se alojan en el sistema digestivo del animal (sobre todo suelen hacerlo en el intestino).
Un perro con parásitos gastrointestinales suele mostrar cuadros de diarreas, vómitos, anemia, sangre en heces, pérdida de peso, apatía o problemas más graves en otros órganos del cuerpo.
Estos parásitos suelen ser gusanos o lombrices y el tratamiento se lleva a cabo por vía oral: mediante la ingesta de una pastilla, pasta palatable o jarabe.
2.- Desparasitación externa.
Su función es eliminar los parásitos que se encuentran en la piel y el pelo de nuestro perro.
Garrapatas, pulgas, piojos y mosquitos pueden provocar reacciones alérgicas y transmitir al perro enfermedades de extrema gravedad que afecten a diferentes órganos.
La más grave de todas la transmite el mosquito y es la leishmanía, enfermedad que puede acabar con la vida de nuestra mascota.
Este tipo de desparasitación se lleva a cabo a nivel externo con el uso de collares, sprays o pipetas.
Debemos siempre recordar que ante cualquier duda o consulta lo mejor es acudir a nuestro veterinario de confianza.
¿Quieres saber más sobre la desparasitación? Consulta este post sobre cómo y cuándo desparasitar a un perro.
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