El Argentine Dogo o Argentinean Mastiff es el perro “de pelo de satén blanco, cuerpo de acero y corazón de oro” y fue desarrollado para la caza mayor.
La FCI (Fédération Cynologique Internationale) clasifica al Dogo Argentino en el grupo 2 (Perros tipo Pinscher y Schnauzer, Molosoides y perros tipo montaña y boyeros suizos), sección 2.1: molosoides, tipo dogo.
El Dogo Argentino como raza fue creada por los hermanos Antonio y Agustín Nores Martínez en Córdoba (Argentina) y es una de las razas con origen más complejo que existen.
Alentados por su ilusión en encontrar el perro ideal para cazar jabalíes en la Pampa Argentina, los dos hermanos iniciaron un programa de crianza a partir de varias perras de raza Perro de Córdoba (hoy extinta) y su cruce con nueve razas distintas. Su objetivo era aminorar la característica agresividad del Perro de Córdoba y mejorar sus habilidades para la caza.
Las nueve razas que utilizaron en los cruces fueron un perro de muestra (buen olfato y seguimiento del rastro), un Boxer (vivaz), un Gran Danés (por su tamaño), un Bull Terrier (valiente), un Bulldog (de amplia capacidad pectoral), un Lebrel Irlandés (buen cazador), un Dogo de Burdeos (de fuertes mandíbulas), un Perro de Montaña de los Pirineos (por su pelaje blanco) y un Mastín Español (potente y resistente).
Después de 20 años de crianza selectiva, Antonio presentó el estándar de la raza en 1947, pero no sería reconocida hasta 1964 por la Federación Cinológica Argentina y hasta 1973 por la Sociedad Canina Argentina.
Sin duda, la expansión de esta raza por todo el mundo se vio muy beneficiada por los viajes de Agustín que, siendo embajador de Argentina, extendió su fama en sus viajes de embajada en embajada.
El Dogo Argentino, además de emplearse como perro de caza, es especialmente valorado por sus habilidades para detectar drogas y explosivos, como perro guía, perro de búsqueda y salvamento, perro de terapia y perro guardián.
Es valiente e incansable en la caza y la guardia y leal, dócil, inteligente y obediente en el trato familiar. Debidamente educado, es una raza ideal para la convivencia, al ser expresamente cariñoso y mostrar un palpable deseo por agradar.
El Argentine Dogo o Argentinean Mastiff es un perro considerado potencialmente peligroso, por lo que siempre es aconsejable acudir en busca de asesoramiento a un profesional adiestrador en caso de observar en él conductas inapropiadas que puedan alterar la convivencia en familia.
De pelaje blanco inmaculado (puede tener una mancha oscura en el cráneo) y aspecto robusto, atlético y armónico, el Dogo Argentino posee una poderosa musculatura y es ágil, potente, fuerte y enérgico.
Su peso promedio es de entre 40 y 45 kg, la altura promedio de entre 60 y 68 cm y su longevidad media de 10-13 años.
Su pelo (corto y liso) varía en densidad y grosor según el clima y no necesita de especiales cuidados.
Sin embargo, al ser un perro activo, necesita de ejercicio físico moderado diario.
En cuanto a su salud, el Dogo Argentino sufre de un problema de sordera congénita que pueda darse en aproximadamente un 10% de los ejemplares de esta raza y que está ligada directamente a su color blanco. Esta patología no tiene solución y se da en los cachorros por falta de irrigación en las terminaciones nerviosas del oído interno, que se atrofian y mueren en las primeras semanas de vida del perro.
Además, es una raza con riesgo de rotura del ligamento cruzado anterior, debido a la conformación de sus extremidades posteriores .
Por último, su piel blanca le hace propenso a desarrollar dermatitis y carcinomas, por lo que hay que vigilar su exposición al sol, incluso usar protectores solares si fuese necesario.
¿Conocías al Dogo argentino? ¿Te gustaría tener un perro de esta raza en la familia?
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