Tanto si tenemos un perro mayor como si es un cachorro, enseñarle trucos nos prepara como adiestradores y ayuda al perro a aprender cómo seguir unas pautas.
La principal ventaja de enseñar pequeños trucos a nuestro perro es que aprendemos más sobre su comportamiento, su personalidad y sobre qué cosas le motivan.
Algunos trucos sencillos serían: dame la pata, chócala, túmbate, haz una reverencia, rueda, gira…
Para cualquier persona que no es un adiestrador profesional la primera dificultad que se presenta si quiere educar y adiestrar a su perro en determinadas conductas es por dónde empezar y cómo.
Es difícil aprender cómo adiestrar al mismo tiempo que queremos enseñar a nuestro perro, pero no imposible.
Enseñando trucos a nuestro perro aprenderemos a descomponer las tareas en pequeñas partes y a ser pacientes y constantes: la enseñanza requiere de mucha repetición.
Al enseñar a nuestra mascota evaluaremos cuánta información necesita para realizar una tarea y, en función de ello, organizaremos las sesiones.
Antes de comenzar a enseñarle el truco es importante que planeemos por escrito todos los pasos que vamos a seguir y que elijamos la recompensa que le vamos a ofrecer (funcionan muy bien los premios semi húmedos de alta palatabilidad) y en qué momento hacerlo (preferiblemente cuando esté relajado y receptivo para aprender).
En una libreta registraremos cada una de las sesiones de entrenamiento y nos aseguraremos que nuestro plan es lo suficientemente flexible como para adaptarse a las necesidades de aprendizaje de nuestro perro.
Calcularemos el tiempo de las sesiones (más breves al principio, no superiores a 5 minutos).
Una vez comencemos la sesión, iremos premiando a nuestro perro conforme repita aquello que le pedimos e iremos añadiendo dificultad a medida que lo va superando hasta que consiga reproducir el truco que queremos enseñarle.
Si en un momento dado observamos que nuestra mascota se bloquea y no avanza como esperábamos, evaluaremos si se encuentra cansado, en ese caso descansaremos y continuaremos en la siguiente sesión; si se trata de un problema de planteamiento o bien que no entiende toda la información que pretendemos darle, entonces retrocederemos a un punto anterior que ya tenga dominado y avanzaremos más despacio.
La actitud del perro va a ser el mejor medidor del que podemos servirnos para saber si nuestra tarea de adiestramiento va por el camino que debería y de si realmente estamos enseñándole como lo haría un buen adiestrador.
De ahí la importancia de comenzar las tareas de adiestramiento con pequeños trucos: nuestro perro estará predispuesto a aprender y nosotros aprenderemos a ser más eficientes en la labor de adiestramiento.
Mira los trucos que Uma ha conseguido aprender poco a poco:
¿Ha aprendido tu perro pequeños trucos en casa? ¡Cuéntanos cómo le enseñaste! ¿Te fue muy complicado hacerlo?
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