Si tienes un perro muy enérgico y por más que compartes tiempo con él en el juego nunca se ve satisfecho, hacer agility puede servirte de ayuda. Te contamos qué es el agility, cuál es su origen, las pruebas que lo componen y cómo practicarlo. Descubre la forma más divertida de hacer deporte con tu perro.
Las pruebas de agilidad para perros tienen su origen en los concursos hípicos de salto.
El agility consiste en que el perro realice un recorrido de obstáculos en un tiempo que previamente determina un juez y con el menor número de fallos.
Para cada obstáculo existen una serie de reglas a cumplir, reguladas por un reglamento internacional.
Los obstáculos homologados son: vallas de salto, balancín, túnel de lona, muro o viaducto, empalizada, túnel rígido, rueda (desmontable o sólida), pasarela, slalom, salto de longitud y mesa.
El perro irá siempre acompañado por su guía, al que le está permitido animarle, pero no tocarle en ningún momento. Tampoco puede llevar nada en sus manos ni tocar los obstáculos.
Justo antes del comienzo de la prueba, se numeran todos los obstáculos de forma correlativa y se permite a los guías (sin su perro) reconocer el circuito para poder memorizarlo.
Se penaliza:
- El derribo de las barras en saltos o no pisar con alguna pata las zonas marcadas de contacto en obstáculos de empalizada, pasarela y balancín (se les denomina faltas).
- Si el perro se para ante el obstáculo, se desvía o abandona (rehuses).
- Si el perro supera el tiempo establecido (penalizaciones de tiempo).
Son muchas las ventajas de la práctica de este deporte canino. Seguro que cuando tu perro lo pruebe, el agility se convertirá en una de sus aficiones predilectas.
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