Raza elegante, de buen porte y excelente perro guardián, es menos popular que sus descendientes Dobermann y Pinscher miniatura.

 

La FCI (Fédération Cynologique Internationale) clasifica al Pinscher en el grupo 2, sección 1: Perros tipo Pinscher y Schnauzer.

Su nombre es una palabra germánica que se cree proviene de la palabra francesa “pincer” (pellizcar o agarrar). En Alemania también se le conocía como Reh (corzo) Pinscher.

De origen muy antiguo, fue un perro de trabajo utilizado para cazar ratones tanto por los alemanes como por los suizos.

Sin embargo, pese a su antigua existencia, no comenzó a ser criado de manera selectiva hasta el Siglo XIX y hasta 1879 no se le reconoció oficialmente como raza pura.

Tras la Segunda Guerra Mundial fue una raza que estuvo al borde de la extinción.

El Pinscher es un perro de pelo corto y liso, muy esbelto y elegante, que ha quedado muy atrás en popularidad con respecto a sus descendientes el Pinscher miniatura y el Dobermann, mucho más valorados y queridos.

El color más conocido es el negro y fuego (pelo negro laca con marcas fuego de rojas a marrones), pero esta raza de pero también puede ser de color rojo ciervo y rojo-marrón hasta rojo oscuro-marrón.

 

 

El Pinscher tiene unas cualidades excepcionales como guardián: pequeño, pero fuerte y atlético, es un perro valiente, inteligente y enérgico.

Por su carácter, el Pinscher es una raza que demanda de una buena educación para evitar que nos llevemos algún que otro disgusto al buscar “pelea” con otros perros (sobre todo si es macho).

En la actualidad es valorado especialmente como perro de compañía, pues se adapta con facilidad a cualquier ambiente, lo que le hace cada vez más popular en la ciudad.

El peso promedio del Pinscher es de entre 14 y 20 kg. La altura promedio de entre 45 y 50 cm.

Su aspecto ha cambiado con respecto a años pasados debido a que, por norma general, era habitual que se le cortaran orejas y rabo para darle un aspecto más estilizado, algo que está prohibido en España desde febrero de 2018.

No es un perro que necesite especiales cuidados, más allá de un cepillado regular (una vez a la semana).

Gracias a su vitalidad y energía, es ideal para los amantes del deporte: necesita de ejercicio diario y largos paseos. Si no se ejercita adecuadamente, puede acumular excesiva ansiedad y es muy probable que se desahogue mordiendo diferentes objetos por toda la casa.

De salud envidiable, el Pinscher es propenso a sufrir displasia de cadera, cataratas y problemas en la coagulación de la sangre (Síndrome de Von Willebrand).

 

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