Sequedad, grietas, cortes o quemaduras son habituales en las almohadillas del perro. Sin embargo, siguiendo una serie de cuidados, pueden evitarse y curarse.
Las almohadillas (como la trufa) de los perros son las grandes olvidadas por parte de sus adoptantes y son más delicadas de lo que una persona pueda imaginar.
Están formadas por grasa y tienen una función protectora muy importante para el animal.
Si alguna vez has tocado las almohadillas de un cachorro habrás notado lo suave que son, ¡da gusto tocarlas!. Sin embargo, con el roce continuo de la almohadilla sobre la superficie del suelo, esta grasa va formando una capa callosa que aún le protegerá más de posibles lesiones.
Sin embargo, aunque esa capa callosa protege a nuestro perro, es muy vulnerable a dependiendo qué superficies.
Partiendo de la base de que nuestros perros caminan “descalzos”, aún con la formación de la capa callosa en la almohadilla, no debemos olvidar que hay suelos que son un auténtico calvario para ellos:
1.- Superficies asfaltadas
¡Cuántas veces nos hemos olvidado de lo caliente que está el asfalto en pleno verano y hemos caminado sobre él con nuestro perro sin ser conscientes de ello!
Basta con poner la palma de la mano durante 3 segundos para saber qué puede sentir el perro al caminar sobre el mismo. El camino asfaltado es una auténtica pesadilla para el animal que siente cómo sus almohadillas literalmente se están abrasando.
Como consecuencia de esta exposición a una superficie tan caliente, la capa callosa desaparece y queda la grasita al aire con el dolor que, como puedes imaginar, ello supone.
2.- Superficies rocosas
Las personas que suelen hacer senderismo con su perro y pasan por superficies muy rocosas con piedras muy afiladas deben ser conscientes de las lesiones que pueden provocarse fruto de cortes y rasguños. ¡Ojo con esto!
3.- Superficies muy frías
Las personas que viven o viajan a zonas con superficies heladas o con nieve deben proteger las patitas de sus peludos si no quieren que las almohadillas se agrieten e irriten.
Evidentemente, los perros que viven en el interior de casa son los más vulnerables a sufrir lesiones en sus almohadillas, debido a que la capa callosa es mucho más fina que la de un perro que vive en el exterior, cuyas patas están acostumbradas a pisar todo tipo de suelo.
Nuestros perros, que viven en el interior y están acostumbrados a pisar en llano, son más susceptibles de lesionarse. Por ello, es muy importante prevenir y cuidar sus almohadillas para evitar disgustos:
–Evita pasear con tu perro en época de mucho calor sobre asfalto.
-Protege a tu perro si vas a caminar durante mucho tiempo sobre superficies rocosas o muy frías con calzado adecuado para proteger sus almohadillas.
-Adquiere bálsamos y cremas hidratantes, nutritivas y protectoras para reparar las almohadillas que estén muy secas y agrietadas. Recuerda elegir aquellas especialmente elaboradas para perros, que respeten el Ph de su piel.
-Si observas algún corte o herida en sus almohadillas, cúralas limpiando bien la zona con agua tibia, aplicando agua oxigenada y dejando que se seque al aire, evitando que el perro se lama la zona. De lo contrario, es mejor taparla con una gasa o venda, e ir cambiándola unas 3 veces al día para airearla y evitar que se infecte.
–Evita que tu perro camine demasiadas horas seguidas si no está acostumbrado. La fricción continua con el suelo también puede ocasionar que la capa callosa vaya erosionándose.
Teniendo en cuenta estos consejos, a partir de ahora mima un poquito más las almohadillas de tu peludo. Así evitarás que se sequen y agrieten y ¡seguro que tu perro te lo agradecerá!
El Blog de Uma
Uma, perrita experta ladrona de calcetines, nos cuenta lo que aprende cada día.
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